En un artículo de primera plana del Wall Street Journal de 25 de noviembre de 2013, se ve una foto de tres jefes de estado actuales: el Presidente Barack Obama de Estados Unidos, el Presidente Hasan Rohani de Iran, y el Primer Ministro Benjamin Netanyahu de Israel. Tomando por base la perspectiva “De Regreso al Cuerpo”, que he planteado en otros artículos en este blog, se podría decir que estos tres hombres simbolizan los tres aspectos básicos de la humanidad: el President Obama representa el cerebro; el Presidente Rohani representa el corazón; y el Primer Ministro Netanyahu representa el estómago.
Examinado del punto de vista protestante, el cristianismo puede ser considerado una religión que propone el cerebro como la salvación del mundo. O sea, por medio de la fe, que es un acto del cerebro, se salva la persona y el mundo. En contraste, se puede decir que el islamismo es la religión del corazón, cuando se lo practica con su pureza original, sin ideologías. Al judaísmo se puede denominar la religión del estómago, tomando “estómago” como una metonimia para obediencia, fuerza, perseverancia, capacidad de supervivencia, y lealtad. En este artículo examino mas precisamente la manera como muchos adeptos del islamismo se han dejado invadir por la ideología del religionismo.
Tengo tres motivos para utilizar el término religionismo. El primer motivo es para evitar el uso de “extremismo religioso” y también “fundamentalismo religioso”. Por “extremismo religioso” se podría significar un exceso de devociones religiosas, que, aunque raros y extravagantes, no tienen como fin causar mal a nadie. Tampoco me gusta la expresión “fundamentalismo religioso“, por ser este término ambiguo. El término “fundamental,“ de donde viene “fundamentalismo”, puede tener una acepción positiva en el sentido de “auténtico”.
El segundo motivo es para aquellos que se interesan por estudios bíblicos y religiosos. En el Nuevo Testamento hay varias parábolas por medio de las cuales se insinúa la mezcla del bien y del mal en la tierra. Un ejemplo es Mateo 13:24-30:
24 … El reino de los cielos es semejante al hombre que siembra buena simiente en su campo: 25 Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fué. 26 Y como la hierba salió é hizo fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Y llegándose los siervos del padre de la familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? ¿de dónde, pues, tiene cizaña? 28 Y él les dijo: Un hombre enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la cojamos? 29 Y él dijo: No; porque cogiendo la cizaña, no arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré á los segadores: Coged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; mas recoged el trigo en mi alfolí.
Mi propuesta es que el “trigo” es la espiritualidad, y la “cizaña” es el religionismo. O sea, la religión (que en la Biblia se denomina “el reino de los cielos”) es una mezcla de espiritualidad y religionismo.
religión = espiritualidad + religionismo
Con el término “religionismo” puede uno distinguir estos dos aspectos de la religión: el bueno (espiritualidad) y el malo (religionismo). El -ismo de religionismo se refiere a la ideología, que es precisamente el aspecto malo. O sea, religionismo no es religión sino el uso de la religión como arma ideológica, con el fin de obtener el cambio violento de la sociedad.
Hay aun un tercer motivo por lo cual ofrezco el término religionismo. La inspiración religiosa contiene muchos elementos que no son resultados directos de silogismos lógicos sino sugerencias, insinuaciones, susurros… Las enseñanzas religiosas se captan más con el corazón que con el intelecto. Dice Blaise Pascal que “el corazón tiene razones que la razón desconoce”.
La ideología es diferente. La ideología apela directamente al cerebro, al intelecto, a la razón. La ideología utiliza falacias, pero ni siempre se puede ver con claridad esta falacias.
Hay ciertos tipos de ideología que exigen que sus adeptos cierren sus corazones completamente. Las personas guiadas por una ideología creen que el corazón es una debilidad. El nazista, por ejemplo, consideraba el corazón como una debilidad. El verdadero nazista debía aferrarse tenazmente a la ideología y seguirla hasta la muerte, sin volver la vista atrás.
Confronta el mundo hoy una guerra entre las tres religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo y islamismo. La causa principal de esta guerra es precisamente el religionismo, que es la creencia de que el grupo religioso al cual uno pertenece es el único verdadero entre todas las religiones. Para personas afectadas por el religionismo, su grupo religioso es el único que es aceptable a Dios y el único que se salvará. Todos los demás están destinados a la hoguera de la justicia divina. Es el concepto de chosenness, como se dice en inglés, o Auserwähltheit en alemán.
Las personas afectadas por el religionismo se siente orgullosas de pertenecer a un determinado grupo, confiadas en que serán las personas escogidas, y los demás serán rechazados. En su manera de pensar, se divide el mundo en dos campos: los buenos, que pertenecen exclusivamente a su grupo, y los malos, todos lo demás en la faz de la tierra. Los adeptos del religionismo no vacilan en hacer el “trabajo de la justicia divina”. Están listos para indiscriminadamente asesinar a todos aquellos que no se rinden ante su ideología despiadada. Esta es la raíz del terrorismo religionista en el mundo.
Es una pena que una religión con tantos y tan buenos aspectos, como el islamismo, se deje invadir por ideologías locas que llevan a asesinatos, delitos, y violencia. El islamismo tiene el potencial de apelar directamente al corazón de las personas, pero cuando se deja invadir por el religionismo, se convierte en un movimiento de locuras y delitos indiscriminados.
Paulo-Juarez Pereira
Ypsilanti, Michigan, USA
Noviembre de 2013
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