Será sólo en el siglo XXI que ha humanidad finalmente podrá comprender qué es África y cómo realizar su destino histórico. Para eso, es útil mirar las cosas bajo la Perspectiva “De Regreso al Cuerpo”, que nos muestra, por medio del cuerpo humano, el patrón para toda clase de unión y unificación. En este artículo voy hablar acerca de África como el corazón del mundo y también acerca de la parcialidad en favor del cerebro.
El principio fundamental de la Perspectiva “De Regreso al Cuerpo” es que el cuerpo humano, entendido en sus tres aspectos expresados por medio de las metonimias “estómago”, “cerebro” y “corazón”, provee el modelo último para la realización de cualquier agrupamiento de personas que se proponen funcionar como un todo unificado. O sea, siempre y cuando un grupo de individuos se proponen de co-existir y colaborar como un todo unificado, algunos de ellos tendrán la función de “estómago”, algunos tendrán la función de “cerebro”, y otros tendrán la función de “corazón”.
Parcialidad en favor del cerebro
Al separar las personas en “estómago”, “cerebro” y “corazón”, inmediatamente surge la idea de que las personas que hacen la función de “estómago” serían inferiores a las personas que ejercen la función de “cerebro”. Esto proviene de una parcialidad en favor del cerebro y de una malentendido de la función del cerebro. Sí es verdad que en el pasado —y también en el mundo de hoy— hay una injusticia social en el sentido de que las personas que trabajan en la función de “estómago” en la sociedad viven mal cuando se compara con la vida de las personas de alta posición social. Pero eso es una injusticia y también un malentendido de la función del cerebro. La Perspectiva “De Regreso al Cuerpo” aclara este malentendido y provee la solución para una sociedad más justa.
Sí, es verdad que en la sociedad hay personas en posiciones nobles y personas en posiciones comunes. Esto es semejante a lo que ocurre en el cuerpo humano. Aunque todas las células vienen de una sola pareja inicial de células, una se desarrollan como células “nobles” y otras como células “comunes”.
En la sociedad humana ocurre algo semejante. Explica la ciencia que somos todos derivados de una sola madre (de África) y de uno solo para (también de África). Sin embargo, mujeres y hombres se desarrollan para cargos distintos en la sociedad. Algunos hacen funciones nobles, otros hacen funciones comunes. Esto no está mal. Es parte de la manera natural del cuerpo. El cuerpo también tiene células nobles y células comunes.
Lo que sí es malo es la parcialidad en favor de la nobleza. El filósofo español Miguel Unamuno, en su libro Del Sentimiento Trágico de la Vida, nos ofrece la solución para este dilema de la sociedad. Unamuno aclara que el cerebro sí es noble, pero su función consiste exactamente en SERVIR al resto del cuerpo. O sea, la esencia de la nobleza es el servir al todo. En el cuerpo, una célula es noble porque ejerce una función que es esencial al cuerpo. En la sociedad, una persona es noble porque ejerce una función que es esencial a la existencia de la sociedad.
Dice Unamuno que el conocimiento, que es la función principal del cerebro, existe para la preservación del individuo:
El conocimiento está al servicio de la necesidad de vivir, y primariamente al servicio del instinto de conservación personal.
Excerpt From: Miguel De Unamuno. Del sentimiento trágico de la vida. iBooks.
En la sociedad, los gobiernos existen exactamente para satisfacer la voluntad del pueblo —o sea, el gobierno, que es la parte noble de la sociedad, existe para SERVIR al pueblo.
Está faltando el “Corazón”
Es trágico, sin embargo, que en la historia de la humanidad, las personas siempre han pensado en la manera del DUALISMO: mente y cuerpo, espíritu y materia. Para corregir eso, es necesario “regresar al cuerpo”, nuestro modelo para todo. El cuerpo nos indica que hay tres partes, y no dos. So sea, hay también un CORAZÓN.
Esta es la parte que está faltando en el mundo. El corazón es la fuente de la alegría y de la felicidad. Cuando falta el corazón, falta todo, porque la alegría es justamente el propósito de la vida. Vivimos para sentir alegría y felicidad. Para eso existimos, para eso vivimos. En todo, tenemos siempre la esperanza de alegría y felicidad. Es el sentido de la vida.
El corazón está en África
Es por eso que África es la esperanza del mundo. Lo mismo se puede decir de América del Sur, que tiene una posición semejante a la de África, o sea, el corazón del mundo. En África empezó la vida humana, y es en África que vamos encontrar el sentido de la vida, que es la alegría y la felicidad.
Termino con una cita:
Todos nosotros deseamos por naturaleza la felicidad y queremos evitar el sufrimiento.Excerpt From: Dalai Lama. Con el corazón abierto. iBooks.
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